¿Soy el hilo que dejo en el camino?
Lucia Lancheros
Lina Ariza
Mariana Hernández
Esta obra de instalación recoge los conceptos de aislamiento y autodescubrimiento que fueron el motor de nuestros autorretratos. La idea de crear una obra que invitara al público a un viaje introspectivo surgió de nuestra propia experiencia como artistas y seres humanos. Nos interesaba explorar las emociones que sentimos al enfrentarnos a nuestras propias sombras y la búsqueda constante de la identidad.
En los altos cielos, donde el bullicio se disipa, hay una caja roja. Esta caja, suspendida en las alturas, aislada y rodeada de oscuridad, da la sensación de aislamiento y claustrofobia que caracteriza a la ansiedad. Y esa oscuridad al interior de la caja representa las emociones ocultas y los pensamientos intrusivos que abruman a la persona con ansiedad..
Allí es posible encontrarse a uno mismo, tan solo se necesita coraje para entrar al cubo que levita. Está oscuro, pero una vez la persona ingresa, hay un hilo rojo que dirige. Este tarde o temprano se topará con tres vidas, tres historias, tres series fotográficas. Hay veces que el camino no lleva a nada. No hay respuestas y está bien, simplemente se continúa.
La persona debe subir las escaleras, ver la pared blanca, y volver a bajar. En el centro hay un tuvo que permite a las personas flotar hasta un cuarto pequeño en el techo. Allí donde se escuchan voces, es posible ver cuatro videos. Tres continúan dando respuestas a las historias antes vistas y hay uno en especial que materializa el hilo que nos envuelve. Ese mismo que seguimos y dejamos atrás. En el video performático se puede apreciar cómo Inevitablemente dejamos un rastro en nuestra búsqueda.
En primer nivel, la dualidad es protagonista. En esa búsqueda de quien es una misma, está la lucha de conciliar y unir. De los cambios que sucede con el tiempo. El hilo es ese ente que abraza y no ahorca. Ese mismo que ayuda a aceptar la luz y la oscuridad.
Posteriormente de haber subido una escalera que no llevaba a ningún lado, la persona se encuentra con la obra que explora el autodescubrimiento, lo tangible y lo intangible. Aquí el cuerpo se convierte en el medio de expresión primordial. La incomodidad se refleja en las marcas escondidas, la saturación de negro y la música impactante y confusa. Todo ello, sugiere una búsqueda constante de identidad y significado por medio de la visión distorsionada del cuerpo. Aquí, el cuerpo y la falta de cuerpo se convierte en el lienzo en el que se proyectan nuestras aspiraciones y temores.
Por último, la persona se encontrará con una obra acerca del cuestionamiento sobre quien se es, todo como una intervención en el cuerpo, en el entorno y en personas se encuentran alrededor. Esta lleva el concepto de autopercepción a unas fotos intervenidas que hacen referencia a la metáfora de que cada persona es una historia, cada individuo es la afectación que tiene en el espacio y tiempo que ocupa.
El hilo rojo que guía al espectador a través de la oscuridad simboliza la búsqueda de respuestas y la esperanza de encontrar una salida. Sin embargo, la posibilidad de que el hilo no lleve a ningún lado representa la frustración y la desesperación, llevando al espectador a vivir y comprender nuestros pensamientos y emociones.
